Esto es una nueva sección del Blog y se trata de viejas historias/leyendas de como yo veo y escribo el mundo de Sonic. Espero que con esto logren entender mejor la historia y algunas referencias que se harán de estas leyendas.
Este capítulo de "Cómo Nació la Leyenda" (CNL) se llama: "La presa que cambió la forma de ver el mundo"
Espero que le guste ;3
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Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, cuando reinaba el Pedigrée, la primera especie en revelarse contra los Depredadores fue la de los Venados, quienes no soportaban el estrés de ser la comida favorita de los mismos.
Uno de ellos, un joven ciervo llamado Obi, corría con toda la velocidad otorgada por sus débiles patas de un hambriento lobo de pradera, una especie a la cual Obi ya estaba acostumbrado a eludir. Obi, desesperado al ver que el Depredador estaba próximo a alcanzarlo, optó por adentrarse en el bosque, en el cual su apariencia lo camuflaría mejor que en la despejada pradera. El lobo logró predecir su maniobra y cambiar a tiempo de rumbo, siguiendo la longitud del río, el cual se adentraba sutilmente en el bosque y desde el cual lograría distinguir el olor de su presa del resto de la fauna. Obi, escondido entre unos altos zarzales, decidió esperar a confirmar la lejanía de su cazador.
Pasado ya el viento del después del mediodía (tres de la tarde para los que no entienden), el joven venado pensó, aliviado, que su predador había decidido abandonar su busca, por lo que comenzó a asomarse de entre los frondosos zarzales, al hacerlo, se encontró cara a cara con el oscuro lobo, quien le gruñía terroríficamente. Obi, previendo una dolorosa muerte, comenzó a retroceder a gatas sin perder de vista al lobo. Luego de un par de pasos, el lobo se abalanzó sobre el, consiguiendo que Obi retrocediera de un salto, encontrándose con todo el cuerpo tendido en el aire.
Sus manos, sus piernas, todo su cuerpo se encontraba flotando.
Observando la distancia de sus pies con el suelo, el cual se encontraba a varias ramas de distancia; Obi observó, anonado, a sus pequeñas astas, las cuales se habían atorado entre los zarzales. El joven ciervo, aliviado, reconoció que éstas lo habían salvado de una fea caída, pero lo habían condenado a una muerte peor; el lobo había logrado asomarse de entre los frondosos zarzos y observaba maliciosamente la situación de Obi, el cual ya había comenzado a rezarle a los dioses de la Tierra, el Bosque, los Cielos y a todos los que representaban la vida en sí que le prestaran su ayuda.
Nada ni nadie acudió en su ayuda.
El lobo había comenzado a tironear de aquel hueso que Obi tanto deseaba que creciera pero que en ese momento deseaba no estuvieran unidos a su cabeza, mientras este rezaba porque algún Diós escuchara sus plegarías.
Se creía hacia tiempo, que los dioses siempre habían aprobado que los habitantes de su mundo obtuvieran su alimento a través de la muerte y la cacería, pero eso no era del todo cierto. Existía un Dios, que al verse en su forma mortal como una presa muy común y al no verse respetado como el resto de los Dioses, había comenzado a detestar lo que los otros dioses llamaban el "Ciclo de la Vida". Se trataba del famoso y antiguamente muy respetado Dios del Trueno y en su momento controlador oficial del Fuego. Éste no había hecho oído sordos a las plegarías del joven ciervo, quien le rezaba a los dioses de la vida y la naturaleza, y no a él, un Dios de la letal destrucción; sorprendiendo al resto de los dioses al anunciar que haría algo "Nuevo", algo que nadie jamás había visto con efectos permanentes y hereditarios.
El Dios disparó un rayo de luz blanca desde una tormentosa nube hasta la ornamenta del pequeño ciervo, provocando que esta comenzara a brillar con gran furor y a tornarse cada vez mas caliente, quemando las manos del oscuro lobo, provocando que este lo soltase. Obi comenzó a caer, pero se sorprendió a si mismo al descubrir que su caía se suavizaba, que tocaba el suelo con mayor ligereza.
Un aura blanquecina similar al fuego manaba de todo su cuerpo, iluminando el enorme bosque. Su luz se semejaba a la de una luciérnaga en la eterna oscuridad.
Los dioses y el lobo, ahora cegado de un ojo y con las manos quemadas, observaban atónitos como Obi se erguía y miraba a su antiguo predador, sus ojos eran de un intenso blanco y miraban al lobo con una expresión sorprendida.
El lobo, dejando la sorpresa a un lado, se abalanzó desde el zarzal hacia donde yacía el ciervo, quien lo esquivo de un elegante salto. El lobo cayó de bruces al suelo y, protestando, volvió a levantarse listo para terminar con aquel raro encuentro.
Obi, escuchando el leve susurro del Dios en su cabeza, estiro una mano hacia el lobo con brusquedad, de la cual salió lo que parecía ser, a ojos nuevos, un pequeño sol. Esta pequeña esfera se estrelló contra su objetivo, estallando y haciendo volar muy lejos al lobo, quien luego de reincorporarse aturdido y asustado comenzó a huir.
"Lo que emana de tu cuerpo es luz" Le había dicho el Dios "Tu eres la luz y la luz eres tu. Tu la controlas y la utilizarás para detener esta injusta guerra entre especies" "Tu luz será la que guíe a todos aquellos que temen ser devorados a un futuro en el que presa y cazador vivan en paz y armonía"
Obi, aun sin creer del todo esa última posibilidad, decidió confiar en su sabía palabra y a cumplir con su encomienda.
El lobo, por otra parte, comenzó a correr la voz acerca de una presa que se había revelado. "Vi con ambos ojos como el sol salía de sus manos" "Era una luz tan majestuosa que mi ojo izquierdo no pudo soportarla". Los depredadores comenzaron a asustarse, temerosos de que su alimento se haga cada vez más dificil de conseguir y comenzaron a buscar una solucion. Una siniestra solución.
Pero es es otra historia que les contaré después.
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Espero que les haya gustado!
Ahora ya saben la historia de las Luciérnagas, luego conocerán (aunque supongo que ya se hacen a la idea) la historia de los Oscuros.
Comenten!
Bye
